«Nadie ganará nunca la Guerra de los Géneros, porque existe demasiada fraternización con el enemigo «Henry Kissinger“
César Cedeño, el niño mimado de los Astros de Houston, el “Super Baby”, el rey del “Palacio del César”, el 29 de agosto de 1985 vestía la franela de los Rojos de Cincinnati, cuando fue negociado a los Cardenales de San Luis, por Mark Jackson, un jugador de las Menores.
El bateo oportuno de Cedeño fue clave para que los Cardenales ganaran el banderín de la División Este al promediar .434 en 28 juegos.
Recuerdo lo que, en una entrevista, en Viera, Florida, nos relató para El Siglo, como renació su carrera como Cardenal: “El 29 de agosto languidecía en el banco de los Rojos de Cincinnati. Estaba enojado, frustrado y preocupado porque mi carrera estaba en peligro. Hubo rumores de que sería cambiado a Cleveland. Si eso hubiera pasado, me hubiera retirado”.
Cedeño estaba bateando .240 para los Rojos. Había estado jugando regularmente en los jardines hasta el 17 de mayo, cuando cometió el error de acudir al manager Pete Rose para pedirle un par de días de descanso. Rose insertó a Gary Redus en su lugar y Redus se puso caliente y esa fue su desgracia que lo congeló en la banca. Redus tenía 24 años y Cedeño 34. El “modo Wally Pipp” se hizo realidad.
«Realmente nunca tuve suerte con Cincinnati», dijo Cedeño sobre el equipo al que fue cambiado por Houston en 1981. «Muchas cosas sucedieron allí y cuando llegó Pete Rose decidieron ir con jugadores jóvenes… Le pregunté a Pete para tratar de cambiarme y me alegro de que lo haya hecho».
Rose podría no haber tenido la oportunidad de canjear a Cedeño si no fuera por un desayuno que tuvo el manager de los Cardenales, “La Rata Blanca”, Whitey Herzog, y Jim Kaat, coach de pitcheo la última semana de agosto. Herzog acababa de colocar al primera base Jack Clark en la lista de lesionados y estaba desesperado por un bateador derecho.
Y llegó el cambio de Cedeño a San Luis, donde tuvo una nueva vida. «Ese intercambio sucedió tan rápido que fue increíble», dijo.
No le tomó mucho tiempo hacer un impacto ofensivo. En su primer turno al bate el 30 de agosto contra los Astros, Cedeño conectó un jonrón. Eso inició una racha que incluyó un grand slam como emergente, un jonrón en la décima entrada que venció a los Mets, 1-0, en un juego crucial, una noche de cinco de cinco contra los Cachorros y un promedio de bateo de .430.
«Siempre pensé que, si tenía la oportunidad de jugar, todavía podría producir», dijo Cedeño.
Para Cedeño, quien consiguió su hit número 2000 en las Grandes Ligas esta temporada, esta es la feliz culminación de una carrera que alguna vez fue brillante y que se oscureció luego del asesinato de Altagracia –Malena- de la Cruz, en el Motel Keko el 11 de diciembre de 1973 en Santo Domingo. Cedeño dijo que el incidente nunca afectó su juego. Era tan joven, tan orgulloso, que hizo un gran esfuerzo para demostrarle a todos que nunca le molestó.
César Cedeño era un fenómeno, un huracán categoría 5 cuando llegó a Houston con apenas 19 años. Poseía las 5 herramientas y su mentor el súper escucha Epy Guerrero decía que tenía muchas formas de ganarte un juego.
En 1972, a la edad de 21 años, bateó .320. Tenía un cañón por brazo, gran velocidad (55 bases robadas ese año), poder (22 jonrones, 39 dobles) y la mirada de una superestrella. Un año después, volvió a batear .320.
César Cedeño fue víctima de la “vida loca” como diría Severo Rivera, que los medios de comunicación hicieron de èl una figura intocable e “indiosable” donde le aplaudíamos y callábamos sus hechos negativos.
Cedeño con su arrogancia fruto de su juventud y los millones que tenía trataba mal a las mujeres, disfrutaba en extremo la vida donde Herminia, Agua Fría y Nancy. Los jóvenes jugadores hoy tienen en César Cedeño la mejor referencia de conocer sus hechos para no repetirlos.
Un día como hoy
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1953, en el primer juego de la serie final, las Águilas del Cibao derrotan 8-5 a los Tigres del Licey, donde Emilio Cueche lanzó juego completo y se anotó la victoria. Chichí Olivo fue el derrotado.
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1969, Juan Marichal, de los Gigantes de San Francisco, le tiró una blanqueada de cuatro hits a los Mets logrando el triunfo 5-0.
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1990, Félix José es obtenido por los Cardenales de San Luis desde Oakland junto al infielder Stan Roger por el jardinero Willie McGee.
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1993, Salomón Torres, San Francisco, debuta en las Grandes Ligas frente a los Marlins, permitiendo 3 carreras limpias en 7 episodios y se anotó la victoria.
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2000, los Medias Rojas de Boston derrotan 8×0 a los Devil Rays de Tampa, cuando Pedro Martínez lanza juego de un hit. El Orgullo de Manoguayabo lleva un juego sin hits hasta la novena entrada antes de que John Flaherty abra con un sencillo. Había retirado 24 en línea.
Cronista deportivo. Amante del béisbol y sus vivencias.
Fuente: https://www.diariolibre.com/deportes/columnistas/2022/08/29/cesar-cedeno-sobre-como-llego-a-ser-cardenal/2031565