El gobierno de China respondió ayer domingo a un aumento en las infecciones por coronavirus, cerrando su centro de negocios en el sur, Shenzhen, una ciudad de 17,5 millones de habitantes, y restringió el acceso a Shanghái suspendiendo el servicio de autobuses.
Todos en Shenzhen, un centro financiero y tecnológico que limita con Hong Kong, se someterán a tres rondas de pruebas después de que se informaron 60 nuevos casos de COVID-19 el domingo. Todos los negocios, excepto los que suministran alimentos, combustible y otras necesidades, recibieron la orden de cerrar o trabajar desde casa.
Esta reciente ola de infecciones de China es baja en comparación con otros países y con Hong Kong, que informó más de 32.000 el domingo. Pero las autoridades chinas están aplicando una estrategia de “tolerancia cero” y han confinado ciudades enteras para encontrar y aislar a todas las personas infectadas.
En Shenzhen se encuentran algunas de las empresas más importantes de China, como la compañía de telecomunicaciones Huawei Technologies Ltd., la marca de automóviles eléctricos BYD Auto, la aseguradora Ping An Insurance Co. y Tencent Holding, operador del popular servicio de mensajes WeChat.