El huracán Helene dejó al menos 17 personas muertas y provocó grandes inundaciones en todo el sureste de Estados Unidos el viernes, dejando sin electricidad a millones de clientes.
Carreteras, casas y negocios quedaron bajo el agua después de que Helene tocó tierra cerca de Tallahassee, la capital del estado de Florida, durante la noche y avanzó hacia el norte, aunque se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó sobre «inundaciones históricas y catastróficas» y advirtió sobre repentinas subidas de las aguas en Atlanta, la ciudad más grande de Georgia, así como en Carolina del Sur y Carolina del Norte.
Se pronosticaron hasta 30 centímetros de lluvia en las montañas de los Apalaches, y lugares aislados incluso recibieron más.
En Perry, una ciudad cercana al punto donde Helene azotó la costa como un potente huracán de categoría 4, las casas quedaron sin electricidad y la gasolinera fue arrasada.
«Soy de Florida, así que estoy un poco acostumbrado, pero en un momento me dio mucho miedo. Era como si mi casa fuera a volar», dijo a la AFP Larry Bailey, de 32 años, que pasó la noche refugiado en su pequeña casa de madera con sus dos sobrinos y su hermana.