Rusia celebra hoy la tercera y última jornada de las elecciones presidenciales, en las que ya ha participado más de la mitad de los 112 millones de rusos llamados a las urnas.
En este país de once husos horarios, los colegios abrieron a las 20.00 GMT del sábado en la península de Kamchatka y cerrarán a las 18.00 GMT del domingo en el enclave báltico de Kaliningrado, tras lo que se conocerán los primeros resultados oficiales preliminares.
Según informó la Comisión Electoral Central (CEC), viernes y sábado ejercieron su derecho al sufragio más del 50 % de los votantes, mientras 2,6 millones lo hicieron por adelantado, muchos de ellos soldados y habitantes de las regiones ucranianas anexionadas por Rusia.
Las primeras 24 horas de votación estuvieron marcadas por una veintena de incidentes como el lanzamiento de cócteles mólotov contra colegios electorales y el rociado de tinta y pintura en las urnas, que invalidaron unos pocos cientos de papeletas.
La CEC se congratuló de que ni esos incidentes, ni los ataques cibernéticos “sin precedentes” ni las incursiones fronterizas ucranianas, que dejaron varios muertos, hayan impedido que los rusos acudieran en masa a votar en las octavas elecciones presidenciales de la historia de este país desde 1991.
Mientras los sociólogos reconocen que no esperaban tan alta participación, la oposición sospecha que las autoridades han recurrido al recurso administrativo a la hora de obligar a votar a los empleados del sector público, granero electoral del candidato del Kremlin, Vladímir Putin.
Mientras la CEC y el Defensor del Pueblo ruso negaron la existencia de irregularidades, los observadores independientes denunciaron algunos casos de manipulación electoral.