El sector de los republicanos más próximo al presidente de EE.UU., Donald Trump, soltó ayer la artillería pesada para blindar al mandatario ante un posible juicio político, cuando se cumple un mes del anuncio del inicio de una investigación por parte de los demócratas con este fin.
El senador Lindsey Graham, uno de los principales aliados de Trump en el Congreso, presentó una resolución para condenar las pesquisas que llevan a cabo los demócratas para abrir un posible juicio político contra el presidente y tachó en una rueda de prensa el proceso de «secreto» e «ilegítimo».
«He presentado hoy una resolución con el senador (Mitch) McConnell y el propósito de la resolución es informar a la Cámara de Representantes de que el proceso que llevan a cabo sobre la tentativa de ‘impeachment’ (juicio político) contra el presidente Trump se excede de los límites, es inconsistente con el debido proceso», dijo Graham.
El senador por Carolina del Sur subrayó que las medidas adoptadas por los demócratas «se desvían sustancialmente de lo que la Cámara de Representantes ha hecho en el pasado sobre juicios políticos a otros presidentes».
Hoy hace justo un mes que la presidenta de Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, anunció el comienzo de esa investigación tras las filtraciones sobre una conversación telefónica en julio entre Trump y su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, para que Ucrania indagara al exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter por presunta corrupción en ese país.
Para Graham, «la manera en que están yendo (los demócratas) es realmente muy peligrosa para el país y nosotros necesitamos cambiar el curso».
El jefe del Comité Judicial del Senado mencionó el juicio político abierto en 1998 contra el entonces presidente, el demócrata Bill Clinton, y estableció una comparación con la situación actual.
«En 1998, 31 demócratas votaron con el Partido Republicano para abrir una investigación de juicio político contra Clinton», indicó Graham, quien señaló que al entonces mandatario tuvo una serie de derechos «que no existen ahora», pese a que hubo comparecencias a puerta cerrada durante el proceso que condujo a su «impeachment».
Precisamente, una de las principales críticas que los conservadores hacen a los demócratas es que abrieron su indagación sin haber sometido a votación en el Congreso la decisión de iniciarla.
Entre los derechos que Graham citó que tuvo Clinton, figura que la investigación tuvo unas normas específicas y que los legisladores tuvieron acceso a las pruebas.
«Hay una manera correcta de hacer las cosas y ustedes (los demócratas) han optado por hacerlo de la forma errónea», lamentó Graham, quien compareció ante la prensa tras almorzar con el presidente en la Casa Blanca.
Preguntado sobre si Trump se siente frustrado por cómo están evolucionando los hechos, Graham dijo que el mandatario «estaba de buen humor. A él le gustaría que el proceso se expusiera de forma pública porque está siendo básicamente injusto», agregó.
Graham aseguró que Trump sigue insistiendo en que no ha hecho nada incorrecto y que su conversación telefónica con Zelenski fue «perfecta». Y «para mí no supone una ofensa de juicio político», dijo el senador sobre la llamada.
La iniciativa de Graham llega dos días después de que Trump instara a los republicanos a ser «más duros y luchar» contra la apertura de un posible juicio político.
El miércoles, miembros del Partido Republicano en la Cámara Baja orquestaron una protesta e irrumpieron en la sala donde los legisladores que participan en la investigación de juicio político tomaban declaración a puerta cerrada a los testigos, lo que hizo que una de esas comparecencias, la de Laura Cooper, una funcionaria del Pentágono, se retrasara cinco horas.
Los republicanos que participaron en esa sentada rechazaron marcharse de la sala, con lo que el sargento de armas (encargado de la seguridad en la Cámara Baja) tuvo que intervenir.
Por su parte, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, acusó hoy a los republicanos de hipocresía por exigir un mayor acceso a la investigación de juicio político, al tiempo que no presionan al Gobierno de Trump para cumplir con las citaciones emitidas por la Cámara Baja para que los testigos ofrezcan su testimonio.
«Si la Casa Blanca y sus aliados congresistas quieren de verdad un proceso abierto y transparente debería proporcionar los documentos que el Congreso ha requerido, no debería desafiar las citaciones, no debería prohibir a empleados de la rama ejecutiva testificar», consideró Schumer en el Senado.
Fuente: EFE