No son simples chatarras, son recuerdos abandonados o extraviados. En el cementerio de vehículos hay cantidades de carros, camionetas, camiones, motocicletas de diferentes marcas, colores y condiciones.
Muchos, a pesar de su evidente deterioro, conservan en su interior rosarios que reflejan que su propietario era creyente. Se observan también documentos varios (cédulas, licencias, seguros de salud, tarjetas de crédito), ropa, tenis, sillas infantiles, tanques de gas, objetos que en algún momento fueron mercancía de guaguas anunciadoras, mochilas, preservativos, en fin, diversidad de objetos personales.
Quedan además en las carrocerías aquellas marcas, golpes y señales que se transforman en puntos, que, de conectarse, permiten al observador recrear el suceso que llevó al vehículo al “camposanto” vehicular.
Ante la sobrepoblación de vehículos en “El Canódromo”, la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesset) inició el traslado de “vehículos chatarra” a una nueva ubicación.
Con un tiempo mínimo de un año y en condiciones deterioradas, según apreciaron periodistas de LISTÍN DIARIO durante el recorrido por el terreno, los vehículos colocados en un solar ubicado en el distrito municipal de La Victoria muestran una fachada comparable a la de un cementerio vehicular.
El terreno se visualiza como un lugar donde descansan los restos de lo que alguna vez fue un medio de transporte para el ciudadano dominicano, esto debido, según explican las autoridades de la Digesset, a que allí predominan “vehículos chatarra que fueron abandonados o nunca reclamados”.
Recorrer el solar e ir visualizando las condiciones de cientos de vehículos, motocicletas, camiones, autobuses, inclusive una ambulancia, lleva a notar las similitudes entre sí, lo que permite la interpretación de que el tiempo que llevan abandonados y su decaimiento físico son leyes a cumplir para ingresar a este apartado lugar.
Lo visualizado conecta con lo que explica uno de los encargados de la transportación vehicular, quien señala que de los vehículos de cuatro gomas “más del 90 por ciento fue retenido y después traído aquí por choques o accidentes”.
Mientras se mantiene el recorrido, se consolida el motivo por el que son denominados como chatarra, al observar las condiciones de destrucción.
El óxido, abandono y los golpes, se muestran como factor primario, pasando luego a la degradación y corrosión, para finalizar transformados en maceteros, dada la vegetación que albergan algunos en su interior.
Los vehículos, a la espera de ser revividos del cementerio, muestran señales de “profanación”, no por las sustracciones de su interior, sino por cómo las partes de éstos se muestran regadas en el aspecto del terreno, cual sesos y partes de un cadáver, posterior a la violación de un sepulcro.
SEPA MÁS
Ingreso al “camposanto”
Traslado. El ingreso de vehículos chatarra al terreno se realiza todos los fines de semana, cuando diversas grúas de la Digesset los transportan desde el Centro de Retención Vehicular “El Coco” hasta el terreno en el distrito de La Victoria.
