El presidente ucraniano Volodímir Zelenski prometió el domingo a su país que no habrá tregua en la contraofensiva que ha recuperado poblados y ciudades de manos de las fuerzas rusas, mientras continúan los ataques de artillería a lo largo de una amplia franja de Ucrania.
Zelenski enumeró una lista de poblados que Ucrania ha recuperado durante una ofensiva relámpago en el noreste del país.
“Tal vez en este momento les parezca a algunos de ustedes que después de una serie de victorias tenemos cierta calma”, dijo durante su discurso diario en video. “Pero esta no es una calma. Es una preparación para la próxima serie (de ataques)… porque Ucrania debe ser libre. Toda Ucrania”.
El mando militar ucraniano indicó que sus fuerzas recuperaron la margen oriental del río Oskil el sábado. El río, que fluye al sur desde Rusia y entra a Ucrania, había sido una separación natural en los nuevos frentes desde que comenzó la contraofensiva de Kiev.
Mientras la artillería rusa impactaba poblados y ciudades el fin de semana, el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña advirtió que probablemente Moscú incrementará sus ataques contra objetivos civiles en un momento en que sufre derrotas en el campo de batalla.
“En los últimos siete días, Rusia ha incrementado sus ataques a infraestructura civil incluso donde probablemente no percibe un efecto militar inmediato”, señaló el ministerio en un informe en línea. “A medida que sufre reveses en los frentes de batalla, Rusia posiblemente ha ampliado las ubicaciones que está lista para atacar en un intento por socavar directamente el ánimo del pueblo y del gobierno de Ucrania”.
Los ataques rusos cobraron la vida de cuatro médicos que intentaban evacuar un hospital psiquiátrico en la región de Járkiv el sábado, indicó el gobernador Oleh Syniehubov. Dos pacientes resultaron heridos durante la ofensiva en Strelecha, añadió.
Los ataques nocturnos también hicieron blanco en un hospital de Mykolaiv, un puerto del Mar Negro, informó el gobernador regional Vitaliy Kim. Además, cinco personas murieron durante las últimas 24 horas a causa de ataques en la región de Donetsk, una de las dos regiones ucranianas que Rusia reconoce como Estados soberanos, señaló el gobernador Pavlo Kyrylenko.
Las fuerzas separatistas que controlan buena parte de Donetsk dijeron que los ataques de artillería ucraniana contra una colonia de prisioneros de guerra en Olenivka dejaron un prisionero muerto y otros cuatro heridos. En julio pasado se informó de la muerte de más de 50 prisioneros de guerra en una prisión de Olenivka, hecho del cual las autoridades rusas y ucranianas se culpan mutuamente.
El Instituto para el Estudio de la Guerra, un centro de investigación con sede en Washington, señaló que las fuerzas rusas en Donetsk continúan realizando “operaciones insignificantes” en poblados, en lugar de reforzar su frente de batalla.
Por otro lado, un alto enviado del Vaticano y su comitiva fueron objeto de un ataque mientras distribuían suministros humanitarios en Ucrania, informó el servicio noticioso de la Santa Sede el domingo. No se reportaron heridos.
El incidente ocurrió el sábado cerca de la ciudad de Zaporiyia y obligó al cardenal limosnero Konrad Krajewski y a otros a ponerse a salvo.
“Por primera vez en mi vida, no sabía a dónde correr. Porque no basta con correr, hay que saber a dónde ir”, dijo el cardenal de origen polaco, cuya oficina hace contribuciones caritativas en nombre del papa.
Tres personas resultaron heridas en ataques de artillería nocturnos a la ciudad de Nikopol, que está en la margen opuesta del río frente a la nucleoeléctrica más grande de Europa, dijo el gobernador Valentyn Reznichenko. La planta de Zaporiyia, que cuenta con seis reactores, fue tomada por las fuerzas rusas en marzo, pero sigue siendo operada por ingenieros ucranianos. Hace una semana fue apagado el último reactor después de reiteradas fallas en el suministro eléctrico a causa de los ataques de artillería, los cuales pusieron en riesgo sistemas cruciales de seguridad de la central.
Por su parte, fiscales de Járkiv acusaron a Rusia de torturar a civiles en una aldea que fue liberada recientemente. En un comunicado difundido en línea, dijeron que encontraron un sótano donde las fuerzas rusas presuntamente torturaron a prisioneros en el pueblo de Kozacha Lopan, cerca de la frontera con Rusia.
En las imágenes que difundieron se ve un teléfono militar ruso TA-57 que tenía alambres adicionales y pinzas de cocodrilo. Las autoridades ucranianas han acusado a las fuerzas rusas de usar los radioteléfonos de la era soviética como fuente de poder para electrocutar prisioneros durante los interrogatorios. De momento no se pudieron verificar los señalamientos de Ucrania.