Pese a la tremenda calidad que ha mostrado en este año, Iga Swiatek llegó al Abierto de Estados Unidos sin saber qué esperar.
Se quejó de que las mujeres utilizan en Flushing Meadows pelotas un poco más ligeras que las empleadas por los hombres. Nunca había pasado más allá de la cuarta ronda en este certamen. Trataba de acostumbrarse al ruido y las distracciones de Nueva York.
Y tras ver rota su racha de 37 vitorias en julio, llegaba al último major de la temporada con una foja de apenas 4-4.
Nada de eso importa ahora.
Swiatek doblegó el sábado 6-2, 7-6 (5) a Ons Jabeur en la final, para apoderarse de su primer título en Flushing Meadows y de su tercero en torneos del Grand Slam.
La polaca, primera del ranking mundial, se consolidó como la tenista más dominante que hay en la actualidad, al coronarse en un torneo que habría sido el último en la carrera de Serena Williams.
El triunfo de Swiatek sobre Jabeur (5ta preclasificada) mejoró a 55-7 la foja de la polaca en partidos dentro de la gira, con siete trofeos en 2022. Ambas cifras son las mejores en la WTA.
Conquistó también el Abierto de Francia en junio y es la primera mujer desde 2016 que se ha llevado dos trofeos de majors en la misma campaña.
“Simplemente no esperaba mucho, especialmente antes de este torneo. Era un momento desafiante, ¿saben?”, dijo Swiatek. Desde luego, este torneo era realmente desafiante, porque es Nueva York, muy ruidoso y loco. Estoy realmente orgullosa por haber resuelto esto en el aspecto mental”.
Swiatek, al igual que Jabeur, viaja con un psicólogo. Hizo falta algo de fortaleza emocional para solventar esta final.
La varsoviana tuvo su primer punto para partido cuando contaba con una ventaja de 6-5 en el segundo set y la tunecina estaba al saque. Justo antes de que comenzara el punto, Swiatek trotó hacia un costado de la cancha para cambiar de raqueta —una decisión inusitada en semejante momento.
Luego, falló un tiro de revés, y Jabeur forzó al desempate, donde tomó una delantera de 5-4. Pero Swiatek se llevó los últimos tres puntos.
Se dejó caer de espaldas, sabiendo que era otra vez campeona de uno de los grandes torneos.
Jabeur, de 28 años, es la primera mujer africana que llega a una final del Grand Slam. Disputaba su segundo duelo por un título a este nivel.
Pero ahora tiene una foja de 0-2 en finales, tras sucumbir en julio en Wimbledon.