El análisis del genoma de tres especies de medusas diferentes ha identificado los genes relacionados con el veneno, lo que puede servir para desarrollar antídotos, según reveló un estudio publicado hoy en la revista científica GigaScience.
La investigación, conducida por un grupo internacional de científicos, ha establecido el genoma de tres tipos distintos de medusas: la Alatina alata, llamada avispa de mar, la Cassiopea xamachana, conocida como medusa invertida, y la Calvadosia cruxmelitensis, en alusión a sus órganos punzantes en forma de cruz.
Los expertos, liderados por el profesor de la Universidad de Florida (Estados Unidos) Joseph Ryan, examinaron medusas que presentan una variedad de rasgos físicos y diferentes niveles de toxicidad, que pueden ir desde molestias leves hasta consecuencias mortales.
Como resultado, identificaron una gama de genes relacionados con el veneno que proporcionan la base para explorar la evolución del gen de la toxina en estos animales.
Según destacaron los expertos, los ataques de medusas provocan más muertes al año que los de los tiburones, rayas y serpientes de mar juntos.
Ryan dijo que con los nuevos genomas, por primera vez se ha podido comparar el contenido genético de diferentes clases de cnidarios, el grupo al que pertenecen las medusas, que está formado por animales relativamente simples que viven exclusivamente en ambientes acuáticos.
«Este amplio estudio proporciona una visión general importante de la evolución genómica en cnidarios», afirmó, y añadió que hay tipos de medusas que se encuentran «entre los animales más venenosos del planeta y, por lo tanto, sus genomas son recursos importantes para el desarrollo de antídotos y también de posibles fármacos».
Algunas picaduras de medusas pueden detener el corazón humano en un periodo de cinco minutos, por lo que la identificación del gen de la toxina conocido como CqTx puede arrojar luz sobre lo que hace que estas picaduras sean letales.
Fuente: EFE