Puede que las redes sociales permitan una comunicación rápida, ágil y coloquial; pero para que la gente se sienta acompañada y bien, es fundamental el rol de los docentes en la educación del mundo. Son ellos quienes han de formarse continuamente, entusiasmar a los alumnos y conducirlos a entender la vida, no como un cúmulo de conocimientos únicamente, sino más bien como un sumatorio de principios y valores, que es lo que nos hace sentirnos a gusto con nosotros mismos, crecer en creatividad y en sabiduría conjunta. Precisamente, hoy más que nunca hace falta alumbrar en la belleza, ya que andamos necesitados de ese espíritu armónico para pelear por la existencia; pues es un hecho que, los cultivos de la estética: ética/moral, configuran las sociedades haciéndolas más humanas. La docencia en todos los países se ha enmarañado mucho, y el mundo vive un déficit de auténticos pedagogos, muchos de los cuales ya no sabe ni qué enseñar, ni cómo forjarlo, ni a quién hacerlo. Cuando se pierde la autoridad y todo se mezcla al capricho del poder, resulta difícil hasta enderezarse uno mismo. Se adoctrina más que se reprende, y así resulta difícil convertirse en un solidario ser humano, para modificar actitudes y convertirnos en ciudadanos de bien, en individuos de palabra, que saben practicar el corazón con la cabeza. Quizá, por ello, la cultura que más urge en el planeta, sea la de despertar la pasión por crecer internamente.
Fuente: https://listindiario.com/puntos-de-vista/2022/08/24/735723/el-docente-y-la-docencia