Los habituales enfrentamientos entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los demócratas se han convertido en una guerra, con el mandatario cada vez más furioso y sus opositores cada vez más tentados de someterlo a un juicio político.
Ayer miércoles, Trump terminó de manera abrupta una reunión en la Casa Blanca con líderes demócratas, indignado sobre la pesquisa en relación a la interferencia electoral de Rusia.
Casi tan pronto como llegaron para un encuentro previsto como una atípica sesión bipartidista sobre el gasto en infraestructura nacional, Trump despidió ofuscado a los principales líderes demócratas Nancy Pelosi y Chuck Schumer.
El objeto de la ira del presidente era que Pelosi lo había acusado antes de estar “involucrado en una operación de encubrimiento”. En una rueda de prensa improvisada luego de mostrarles la puerta a los legisladores, Trump aseguró: “No hago encubrimientos”. Y agregó: “Así que terminen con estas investigaciones falsas”, en alusión a la trama rusa sobre la cual los demócratas continúan indagando.
Lo ocurrido terminó con la esperanza de cooperación entre los partidos para arreglar la infraestructura pública del país, y profundizó el enfrentamiento.
Pelosi dijo que la conducta de Trump, a quien acusa de encubrir la investigación del fiscal especial Mueller y sus intentos de obstrucción a la justicia, podría “justificar un procedimiento de destitución”.
“Es por eso que creo que el presidente estaba tan irritado esta mañana”, dijo en una conferencia en Washington.
Fuente: AFP