Si creen que a la generación Z no les interesa la música y también aprender a tocar algún instrumento musical, están equivocados.
Pese a que son nativos digitales y que para ellos ya no existen los discos compactos, los Z sí disfrutan de la música.
El mejor ejemplo lo tenemos en nuestras escuelas de música del país.
En este trabajo planteamos diversas experiencias en escuelas de música auspiciadas por el Estado y del sector privado. Un gran ejemplo de trabajo constante y de dedicación es el que hace el Sistema Nacional de Escuelas Libres del Ministerio de Cultura, que dirige el maestro Ángel Mejía.
Se trata de una plataforma que continúa abriendo puertas a jóvenes de distintos estatus sociales para desarrollar sus conocimientos en las diferentes disciplinas de la música.
Inclusión social
Este programa artístico responde a las políticas de inclusión social. A través de este, niños y jóvenes de apartadas provincias y barrios del Distrito Nacional tienen acceso a la enseñanza artística, tal y como explicó su director a LISTÍN DIARIO.
Este programa de enseñanza musical nació en 1997, cuando aún no existía el Ministerio de Cultura, su efectividad se mide por la cantidad de niños que se graduan cada año. Recientemente, se anunció la capacitación de 94 estudiantes sobresalientes en la “Segunda Residencia Orquestal Avanzada”, celebrada en el Centro Salesiano Pinar Quemados, en Jarabacoa.
Problemas y cambios
“Yo fui director de la escuela de arte dramático de Bellas Artes, y sentía que había muchas ataduras para los estudiantes y que debían pasar por un proceso complejo, y muchos nunca pasaban, para poder entrar”, comenta Mejía como una de las razones por las que se decidió impulsar “Escuelas Libres”.
Este programa surgió junto a Víctor Víctor y Cayo Claudio Espinal. Lo califica como “un programa de enseñanza innovador cuyos resultados son palpables”.
Actualmente, cerca de tres mil quinientos niños estudian bajo esta modalidad, que promueve la inclusión y, al mismo tiempo, la libertad, porque todos los niños son bienvenidos.
“Damos clases hasta debajo de una enramada, si es necesario; lo importante es llegar a todas las comunidades”, sostiene Mejía.
Hasta el momento su incidencia se siente en diferentes barrios de la ciudad, como Guachupita y Capotillo, además de diferentes pueblos, entre estos La Vega y Moca.
Para la antropóloga e investigadora Tahira Vargas Garoia, la música es una de las manifestaciones artísticas con mayor presencia en nuestra cultura y cotidianidad, como pueblo.
La importancia de la educación musical en la formación de niños y niñas se ha demostrado en muchos estudios realizados en distintos países.
EN PUNTOS
En el país
Funcionan muchas escuelas de música, entre estas la Academia Dominicana de Música, Estudio Diná, de la profesora Farida Diná, con más de 20 años de formación de nuevos músicos.
Otras propuestas
Academia de Música Patricia Logroño; Crescendo Musical, de María del Carmen Domínguez, pioneros en estimulación musical temprana; y Centro de Educación Moderna de Laurina Vásquez. Academia de Formación Artística AFA, de Amaury Sánchez.
