Usuarios del servicio eléctricos mantienen sus quejas por los altos precios de la energía que pagan y que argumentan no consumen.
Asimismo, los clientes de las distintas distribuidoras refieren que sus reclamos no han sido tomados en cuenta y califican sus llamamientos a la compañía de “inútiles”, ya que no ven resolución de los problemas que les afectan.
“Yo tengo tiempo marcando a Edeste y si le enseño los números de reporte que tengo hasta la fecha no terminamos hoy, al final ellos hacen lo que les da la gana”, declaró Adolfina Pichardo.
Una ama de casa contó a este medio Listín Diario que está tramitando los papeles de mudanza, ya que la tarifa de la luz sobrepasa el alquiler de su departamento.
“Yo estoy haciendo las diligencias de mudarme, mejor dicho, ya me voy a mudar, la factura me sale más cara que el pago de la casa, no he llegado a peor situación porque mi esposo trabaja pero la situación se ha hecho insostenible para nosotros, yo solo tengo dos abanicos y nunca quise poner aire para cuidarme el bolsillo, me encuentro pagando casi 10,000 pesos”, narró Jaqueline Mata, quien se encontraba a las afueras de Edeeste.
Para Ana María Concepción, quien se define como una persona de origen “humilde”, pagar la electricidad se ha convertido en una “odisea”. Explica que tenía el subsidio que brinda el gobierno “bono luz”, y cuando fue a realizar su pago descubrió que ya no tenía el subsidio sin ninguna explicación.
“El papá de mis hijos es un motorista, yo no trabajo y no sé porque me lo quitaron, porque se de gente gente que no cumple con lo que ellos piden y lo tienen, pero al final los “jodidos” somos los perjudicados con todo y rematando me llegó de RD$3,000 la factura”, dijo indignada Concepción.
Sobre la renuncia
Otros consultados sobre el tema eléctrico declararon sentir “alegría” o “karma” con la renuncia del Superintendente de Electricidad, Rafael Velazco.
“Ese dinero que tenemos de más en la factura es con lo que esos “turpenes” contaban para realizar sus aumentos en el salario de ellos, aquí es el único país donde los ministros y demás fragancias ganan más que el presidente”, de forma sarcástica Guillermo Mena.