Hoy dia, las empresas que conforman la Asociación Dominicana de Productores de Cemento Portland (ADOCEM), consideran que dada la volatilidad de los mercados internacionales y la previsión del aumento que puedan seguir teniendo estos insumos de energía y combustibles pudiera provocar la misma situación que, acorde a publicaciones de prensa, ocurre actualmente en España en que las principales empresas cementeras y del acero han cerrado sus plantas producto de estas alzas desmedidas que se han dado mucho antes de la invasión rusa en Ucrania.
La industria cementera ha implementado significativas mejoras en términos de optimización del sistema de hornos y procesos asociados, a fin de garantizar el flujo de energía estable y consistente que la industria requiere. De lo contrario, el sector sufriría deficiencias costosas en la producción y por ende en la calidad del producto final.
ADOCEM destaca que este factor de energía y combustibles representa el 60% de costos variables en la fabricación del cemento, seguido de las maquinarias, repuestos importados, papel, entre otros. “Sin dudas, que la gestión energética es un punto clave en el ámbito económico de una planta cementera, pues hacen de esta industria una muy susceptible a las deficiencias y altas tarifas del sector eléctrico, así como a los costos continuamente crecientes del petróleo y sus derivados” resaltó Julissa Báez, directora ejecutiva de Adocem.
Según reportes en el 2020 y 2021 los insumos en la fabricación del cemento se han incrementado significativamente, principalmente en aspectos como la energía eléctrica y el combustible de horno (coque de petróleo).
De acuerdo a la principal fuente autorizada de análisis de la industria del coque de petróleo (Pace Petroleum Coke Index, en inglés) este combustible se incrementó de US$37 dólares la tonelada en enero 2020, a US$178 en el pasado mes de marzo de este año, sin contar que el efecto de la guerra en Ucrania sigue empujándolo hacia el alta.
Para lograr una mayor optimización de energía en la industria del cemento, sería sustituyendo combustibles y materias primas, para procurar una reducción en el consumo de los combustibles fósiles, así como la reducción en las emisiones de Co2 durante el proceso productivo del cemento. Sin embargo, “las tecnologías existentes para una producción de cemento bajo en emisiones son muy costosas y a esto hay que añadirle la ausencia de esquemas jurídicos o de incentivos que generalmente no existen para este sector”, enfatizó ADOCEM.