Presentar la certificación de la vacuna contra el coronavirus para tener acceso al transporte público y algunos establecimientos del país desde este lunes, ha sido catalogada por los ciudadanos como una medida “abusiva y muy estricta”.
Aunque algunas personas difieren de la medida restrictiva y la consideran aceptable, no descartan su incompatibilidad con la ejecución de la misma para incrementar la inmunización ya que “se da a entender que es una obligación” ponerse la vacuna contra la enfermedad.
“En gran parte yo lo veo mal porque hay personas que no se quieren vacunar y ahora como quien dice, es obligatorio”, dijo Francis, quien acudió ayer a aplicarse su primera dosis “por obligación” luego de que la empresa donde labora le exigiera a sus empleados mostrar la tarjeta de vacunación a partir de hoy.
Mientras que Anyela Frías expresó rotundamente que no está de acuerdo con la disposición debido a que hay personas con problemas de salud que no están preparados para aplicarse la dosis del químico, como es su caso.
Frías contó a LISTÍN DIARIO que no se había vacunado porque estaba embaraza y al experimentar un embarazo de riesgo su doctora le recomendó no aplicársela, sin embargo, a pocos días de dar a luz se vio obligada a ponerse su primera dosis ayer por las restricciones anunciadas.
Recalcó que la medida “es muy estricta” y que hay otras mujeres en la misma o peor situación que ella, a las que no se les pueden obligar a inocularse por alguna razón.
Jaqueline Mejía también no se había vacunado por complicaciones de salud que hasta el momento le perduran pero por cuestiones laborales y de transportación tuvo que ponerse la vacuna “esperando en Dios no le haga daño”.
Personas a favor
Alberto Fortuna percibe la medida “favorable” porque aumentaría el número de vacunados y así se alcanzaría la inmunidad de rebaño para hacerle frente a la enfermedad. Agregó que eso incentiva a cuidar de su familia y las personas que están en el entorno.