Concluidos los playoffs en Disney World (Orlando), la NBA encara por primera vez el desafío de organizar una temporada en las sedes de los equipos durante la pandemia, un formato que está causando estragos en las otras ligas deportivas.
El triunfo de Los Angeles Lakers de LeBron James en las Finales ante los Miami Heat (4-2) echó el cierre a la llamada sede «burbuja», el exitoso experimento diseñado por la NBA para terminar la temporada a resguardo de la pandemia de coronavirus.
Durante tres meses, los jugadores se sometieron a pruebas diarias y vivieron bajo estrictas medidas de prevención frente al virus, que ha causado más de 215.000 muertos en Estados Unidos.
A diferencia de otras competiciones, la NBA logró de esta forma coronar a un campeón sin registrar un solo positivo de covid-19 entre los jugadores.
De cara a la próxima campaña, sin fecha cerrada de inicio pero proyectándose hacia enero, la liga aspira a pasar la página de la «burbuja» y regresar a las sedes de los equipos.
«Nuestro objetivo para la próxima temporada es que los aficionados vuelvan a nuestras canchas, pero la salud y la seguridad seguirán siendo nuestra principal prioridad», reiteró Silver el lunes en una carta enviada a los fans.
Felicitada por los expertos por la rigurosidad de las medidas en Disney World, la NBA enfrentará ahora muchas más dificultades para minimizar los riesgos, con cientos de jugadores, entrenadores y empleados de vuelta a sus entornos sociales y viajando por el país para disputar los partidos.
Las otras tres ligas que están en marcha con este formato – béisbol (MLB), football americano (NFL) y fútbol (MLS) – ya han tenido que alterar en varias ocasiones su calendario por brotes de coronavirus en distintos equipos.
Regreso de los aficionados
En contacto permanente con especialistas y autoridades médicas, la NBA asume que tendrá que arrancar la temporada antes de que exista una vacuna para el coronavirus o de que se haya sido distribuido ampliamente en Estados Unidos.
El 30 de septiembre, Silver no descartó que, dependiendo de la evolución de la pandemia, el campeonato comience en un primer momento en otro ambiente de «burbuja», pero reiteró que su meta es abrir de nuevo las puertas a los aficionados.
El comisionado dijo que «la clave» para el acceso de los espectadores a las canchas cubiertas de la NBA puede estar en que se logre desarrollar «verdaderas pruebas rápidas», que no requieran ser enviadas a un laboratorio y ofrezcan resultados instantáneos.
«Hay farmacéuticas muy enfocadas en eso», señaló. «Puede que no hayan 19.000 personas en la cancha, veremos, pero con protocolos adecuados en términos de distanciamiento y con pruebas avanzadas se puede traer a aficionados de vuelta a las canchas».
La NBA se encuentra en negociaciones con la Asociación de Jugadores (NBPA) sobre los detalles de la próxima temporada, cuyo inicio proyecta para enero, con la opción de retrasarlo a febrero.
Con este nuevo calendario de la campaña, que originalmente debía haber comenzado este octubre, parece «improbable» que la competición se vaya a detener durante los Juegos Olímpicos para que compitan las estrellas de la NBA, reconoció Silver.
Según Michele Roberts, directora ejecutiva de la NBPA, ambas partes tienen la voluntad de regresar a un calendario completo de 82 juegos, intentando reducir el número de viajes.
También se siguen discutiendo otros temas como el límite salarial que tendrán las franquicias, cuyos ingresos seguirán sufriendo el impacto de la pandemia por un tiempo largo.
Otro asunto a tratar es la forma en que la liga y los jugadores mantendrán sus iniciativas activistas en favor de la igualdad racial.
Entre las pocas certezas que existen está que el draft (selección de promesas universitarias) se llevará a cabo el 18 de noviembre y que los equipos serán avisados de la fecha de inicio de la campaña con ocho semanas de antelación para que puedan organizar sus pretemporadas.