Un paciente con un cuchillo clavado en la espalda salió andando de un hospital en Rusia porque quería fumar.
El hombre fue llevado en estado ebrio al centro médico tras recibir una puñalada.
Desoyendo las indicaciones del personal, el hombre siguió caminando y poco antes de llegar a la salida afirmó que quería fumar, a pesar de estar semidesnudo, sin cigarrillos y con el cuchillo aún en la espalda. Todos los llamamientos fueron infructuosos hasta que un médico le espetó: “¿Adónde va? ¡Va a morir!”, momento en el que recapacitó y aceptó regresar.
Fuente: NCR