La muerte de Sergio Pino, un millonario empresario cubano de la construcción en Miami (EE.UU.), en un aparente suicidio, ha conmocionado al sur de la Florida, que en las últimas semanas ha seguido el turbulento divorcio de su esposa, que lo acusó de tratar de envenenarla y de contratar a asesinos a sueldo.
Tras el hallazgo el martes de su cadáver en su lujosa vivienda de Coral Gables, en el condado de Miami-Dade, el FBI y la Fiscalía Federal informaron hoy que Pino, de 67 años, había contratado dos equipos para matar a su esposa, Tatiana Pino, de quien se separó hace dos años y adelantaba proceso de divorcio.
En total, nueve personas fueron arrestadas en relación con los presuntos planes de asesinato por encargo, según informaron las autoridades este miércoles en rueda de prensa.
Uno de esos «equipos» que supuestamente intentó disparar contra Tatiana Pino en mayo pasado recibió instrucciones de matarla antes de una audiencia de divorcio, con la promesa de un bono de 150.000 dólares (unos 137.115 dólares).
Sergio Pino, expresidente de la Asociación Latina de Constructores, había negado cualquier conexión con las agresiones contra su esposa, con la que se había casado en 1992.
El empresario murió en la mañana del martes y su cuerpo fue hallado por agentes del FBI que llegaron a su mansión en el exclusivo vecindario de Cocoplum, como parte de una operación federal de «búsqueda y arresto».