Por Bienvenido Scharboy
En los últimos años hemos observado con preocupación y denunciado el avance de las acciones violentas, discriminatorias y criminales de grupos paramilitares ultranacionalistas, que en violación a las leyes y a la Constitución de la República, se han abrogado el derecho de impedir la libertad de expresión e imponer a la fuerza su pensamiento único.
Estos grupos fascistas y paramilitares siguen agrediendo y amenazando a ciudadanos/as, a instituciones locales e internacionales, con especial inquina contra representantes de instituciones sociales, defensoras de los DDHH de afro-descendientes, por el simple hecho de que difieren de su retrógrada manera de pensar y su fundamentalismo expresados en ideología y actitudes racistas y xenofóbicas que atentan contra la dignidad humana y los derechos fundamentales.
Estas hordas reaccionarias se han envalentonado y arreciado sus ataques contra defensores de los derechos humanos, artistas, cultivadores de las artes y la cultura de la isla, así como promotores de la rica diversidad cultural; y lo hacen porque han contado con la complicidad del Estado, de las fuerzas públicas, los sucesivos gobiernos y las autoridades judiciales nacionales, quienes les han permitido actuar con impunidad y los protegen cuando han boicoteado y agredido diversas actividades, no importando escenario, ya sea un hotel privado, o la Universidad Pública, o en espacio públicos, o la sede de las Naciones Unidas…
Demandamos que el Estado dominicano deje de promover el antihaitianismo, el racismo y la xenofobia contra la población migrante proveniente de nuestra vecina Haití e impida que los grupos paramilitares/ultranacionalistas en nombre de un falso patriotismo sigan instigando a la violencia y llamando hasta a eliminar físicamente a personas haitianas o parecidas…
Como muestra de la barbarie y conducta delictiva de estos grupos fascistas, podemos citar la denominada Antigua Orden Dominicana, un grupo paramilitar culpable de la bestial agresión hace varios años, en contra del abogado Genaro Rincón, defensor de los derechos humanos, a quien dejaron inconsciente, tras propinarle una paliza. No importó que sus agresores fueran identificados, la justicia nunca los persiguió.
Además de intensivas amenazas a través de las redes sociales, ya han ocurrido agresiones a palos y trompadas en contra de pacíficas activistas y artistas, como ocurrió en el parque Anacaona, durante el desarrollo del acto cultural “12 de Octubre, nada que celebrar”, a igual agredieron a palos y gasearon a participantes de la Parada de Solidaridad con Palestina en frente al Parque Independencia.
Llueven amenazas contra activistas de la comunidad LGTB, incluso amenazas en contra de funcionarios públicos a los que tildan de “pro-haitianos”, entre otras agresiones e intolerancias, como las sufridas amenazas contra periodistas y medios de comunicación, por no estar de acuerdo con el enfoque de una información: este domingo 9 de junio, el paramilitarismo volvió a llamar a ”atacar” al Diario Libre por publicar: “el ultranacionalismo gana fuerza y despierta temores en la República Dominicana”.
Denunciamos la acción criminal del fanático fundamentalista, exmilitar de Santiago, y autoproclamado líder del “Movimiento 3030”, que con uniforme militar y un fusil automático de asalto, convocó a “recibir” como se merecen, a inmigrantes haitianos que supuestamente convocaron una manifestación para el 15 de junio, en La Romana. El país merece saber de dónde están sacando las armas de alto calibre que exhibió.
Exigimos al Gobierno y a la Justicia una profunda investigación y que este ex-militar sea sometido a la acción de la justicia por instigar al odio, por llamar a asesinar haitianos, por promover la agresión militar en contra de la República de Haití, país con el tenemos relaciones diplomáticas amparadas en el Derecho Internacional, las Convenciones Diplomáticas suscritas entre ambos países y la propia Constitución de la República Dominicana.
Exigimos la proscripción y el desmantelamiento de los grupos paramilitares, que de inmediato se prohíba a sus miembros el uso de uniformes simulando ser militares, así como el uso de capuchas para cubrir sus rostros.
Las organizaciones integrantes de la Solidaridad Dominicana con Haití demandamos del Gobierno dominicano y de la procuradora general, Miriam Germán Brito detener las acciones vandálicas y antidemocráticas de estos grupos paramilitares, antes de que se conviertan en un poder incontrolable.
De igual manera, exhortamos a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, instituciones de la sociedad civil y organizaciones progresistas a denunciar las intenciones criminales y fascistas de los grupos paramilitares/ultranacionalistas y a promover la convivencia pacífica entre las Repúblicas de Haití y Dominicana.