El popular presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inicia un segundo mandato este sábado con un poder casi absoluto y sin oposición, pero confrontado al desafío de mantener la seguridad en el país y lograr la prosperidad económica que prometió.
Bukele, un milenial de 42 años, prestará juramento en una ceremonia que comenzará a las 08H00 locales (14H00 GMT) en el Palacio Nacional, en el centro histórico de San Salvador, a cuya plaza fueron convocados sus simpatizantes.
Este expublicista de ascendencia palestina emprende otro mandato de cinco años tras pulverizar a la oposición y obtener un histórico 85% de votos en las elecciones de febrero, donde también ganó casi todo el Congreso (54 de 60 escaños).
Asiduo en las redes sociales donde se ríe de quienes le llaman «dictador», tiene a su favor el resto de poderes estatales, incluidos magistrados que le permitieron buscar la reelección pese a estar prohibida en la Constitución.
Tendrá aún más poder porque los diputados aprobaron recientemente una reforma que le facilitará hacer cambios constitucionales, incluso, según analistas, habilitar la reelección indefinida.
«Avanzó con una velocidad alarmante en eliminar frenos y contrapesos esenciales para una democracia, que le permitió, entre otras cosas, su reelección (…). Es difícil pensar que el propio Bukele vaya a desandar sus medidas autoritarias», afirmó a la AFP Tamara Taraciuk, del centro de análisis Diálogo Interamericano.