El equipo científico de la misión de exploración que controla el róver Curiosity de la NASA se sorprendió al descubrir la evidencia más clara, hasta el momento, de la existencia de lagos marcianos. Hace miles de millones de años, las olas de la superficie de un lago poco profundo agitaron los sedimentos de su fondo y, con el tiempo, crearon texturas onduladas que quedaron impresas en la roca, comunicaron este miércoles.
«Esta es la mejor evidencia de agua y olas que hemos visto en toda la misión», dijo Ashwin Vasavada, científico del proyecto Curiosity en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial estadounidense. «Subimos a través de miles de pies de depósitos lacustres y nunca vimos evidencia como esta, y ahora la encontramos en un lugar que esperábamos que estuviera seco», señaló.
Historia geológica de Marte impresa en las laderas
Desde hace casi una década, el Curiosity ha estado ascendiendo las laderas del monte Sharp (o Aeolis Mons), una montaña de 5.000 metros de altura que antiguamente estuvo rodeada de lagos y arroyos. El monte está formado por capas y, a medida que el róver asciende, avanza a lo largo de una línea de tiempo marciana desde el pasado. Esto permite estudiar cómo evolucionó Marte desde un planeta más parecido a la Tierra en su pasado antiguo hasta el desierto helado que es hoy.
Pistas sobre el agua marciana
A una altura de casi 800 metros por encima de la base de la montaña, el Curiosity encontró estas rocas onduladas conservadas en lo que se conoce como la ‘Banda marcadora’, una capa delgada de roca oscura que se destaca del resto del monte Sharp. Esta capa de roca es tan dura que el róver no ha podido extraer ninguna muestra de ella. En la próxima semana, los científicos buscarán rocas más blandas para poder excavar, pero incluso si no logran obtener una muestra de esta inusual franja de roca hay otros sitios que están ansiosos por explorar.
Más allá de la ‘Banda marcadora’, los científicos pueden ver otra pista sobre la historia del agua antigua de Marte en un valle llamado Gediz. El viento esculpió el valle, pero se cree que un pequeño río erosionó un canal que lo atraviesa y que comienza más arriba en el monte Sharp. Los científicos sospechan que aquí también ocurrieron deslizamientos de tierra húmedos, que enviaron rocas y escombros del tamaño de un automóvil al fondo del valle. Como la pila de escombros resultante se asienta sobre todas las demás capas del valle, es claramente una de las características más jóvenes del monte Sharp.
Un pasado con un clima cambiante
Otra pista dentro de la ‘Banda marcadora’ que ha fascinado al equipo es una inusual roca formada por capas que son regulares en su espaciado y espesor. Este tipo de patrón rítmico en las capas de rocas de la Tierra a menudo se deriva de eventos atmosféricos que ocurren a intervalos periódicos, lo que sugiere cambios en el antiguo clima del planeta rojo. «Las ondas de las olas, los flujos de escombros y las capas rítmicas nos dicen que la historia de húmedo a seco en Marte no fue simple», dijo Vasavada. «El antiguo clima de Marte tenía una complejidad maravillosa, muy parecida a la de la Tierra», concluyó.