- ¿Ya no sabes cómo lograrlo? Aquí te damos unos trucos prácticos que puedes comenzar a implementar hoy mismo
Para algunos el orden es algo instintivo y logran que cada objeto permanezca en su lugar. Pero para todo el resto de los que combaten día a día por mantener el orden en el hogar estos trucos podrían ser funcionales.
Aquí te damos algunas claves para que el desorden ya no sea un problema para ti.
1. Comienza con una limpieza profunda espacio por espacio
El primer paso es dedicar un día a organizar el hogar y analizar cuáles son aquellos objetos que están de más. Te recomendamos que vayas espacio por espacio, comenzando por ejemplo por el armario, la cocina o el baño. Vacía por completo ese espacio, por ejemplo, saca toda la ropa, ponla sobre la cama y vuelve a colocar en el armario únicamente aquellas prendas que realmente vayas a utilizar.
Repite eso con cada sitio de la casa y todo aquello que decidas que ya no necesitas puedes regalarlo a una persona que pueda aprovecharlo más.
2. Implementa los organizadores
Cuando utilizamos recipientes pensados para guardar cada elemento de la casa los resultados son excelentes. Piensa qué quieres guardar y encuentra el organizador de un tamaño que se ajuste a tus necesidades. Verás como en poco tiempo tu casa está notablemente más ordenada.
3. Las cosas siempre vuelven a su lugar
Un poco de desorden está permitido, pero los extremos nunca son buenos. Por eso la técnica de sacar y volver a colocar cada cosa en su lugar es fundamental para evitar que se convierta en una montaña de desorden. Constancia y límites son la clave. Si no lo puedes hacer en el momento, establece como límite un momento del día para dejar todo organizado. Por ejemplo, antes de ir a dormir cada cosa vuelve a su lugar.
4. Aprovecha los espacios libres de tiempo
El trabajo, las obligaciones, la familia y las actividades personales no dejan tiempo para las tareas del hogar. En este contexto, aprovechar los pequeños espacios de tiempo para ir ordenando algún espacio de la casa puede ayudarte a que al final de la semana todo esté limpio y ordenado. Si estás esperando que termine el lavado de ropa o mientras cocinas o te preparas un té o café puedes aprovechar y avanzar en la limpieza. No hace falta que te propongas dejar en excelente estado toda una habitación, pero puedes limpiar todo lo que haya acumulado arriba de la mesa.
5. Trabajo en equipo
Las tareas del hogar no deben ser responsabilidad de una persona sola sino de cada uno de los integrantes de la familia. Incentiva a los niños a que contribuyan al orden y colaboren dentro de sus posibilidades. Muchas veces, pueden convertirse en perfectos asistentes de cocina, ayudar con la mesa o a ordenar sus juguetes. Por otro lado, distribuir equitativamente las responsabilidades cuando estamos en pareja es otro de los hábitos que hará del orden y limpieza un objetivo mucho más cercano.
